Los cánones del profesionalismo establecen que, en una negociación,
jugador o equipo lanzan al aire una cantidad, y a partir de ahí se va
negando la mayor hasta que las dos tangentes coinciden. Deporte de
élite, en definitiva. Todo lo contrario a lo que Dirk Nowitzki
experimentó este verano. El jugador de los Mavericks pidió una cantidad
para renovar a su franquicia y ésta le ofreció todavía más dinero. Mucho
más. Y terminó firmando dos años y 50 millones de dólares.