(Al año de haber sido electas sus actuales autoridades)
La reciente encuesta GALLUP evidencia que el PRSC ya no es
considerado por las fuerzas activas dominicanas, fácticas y electorales,
como opción política; lo que debe constituir un llamado al
estremecimiento a los reformistas para replantear líneas estratégicas,
programas de acción y plataformas organizativas: Ningún precandidato
reformista fue considerado como opción por quien votar y mas de la mitad
de los encuestados no ignoraron los precandidatos existentes de ese
partido.
Ante esta realidad que debe simple y llanamente ser admitida, los
funcionarios del PRSC no deben seguir fomentando el espejismo que hasta
ahora han pretendido fomentar, ni adoptar la política de avestruz de
ignorar o buscar las explicaciones rebuscadas que han dado en el pasado.
Como la encuesta se levantó exactamente al cumplirse el primer año de
haber sido electas las actuales autoridades, aquella ilusión creada por
las mismas al asumir sus funciones – de haber duplicado la preferencia
en los primeros días “sin hacer nada” y de recuperar las preferencias
electorales hasta llevar el PRSC al 22% – han quedado definitivamente
sepultadas y hasta lucen delirantes sostenerlas y alcanzarlas,
respectivamente.
Y como el reformismo traduce un modelo de gestión gubernamental
imprescindible para superar las graves dificultades que afectan la
socio-economía dominicana – disciplina fiscal, ahorro interno,
comedimiento del endeudamiento, inversiones públicas para fomentar
economía productiva, satisfacer necesidades y generar puestos de
trabajo; defensa de identidad nacional, preservación del medio ambiente,
rescate del orden y disciplina nacional, etc – los reformistas tenemos
la obligación de recurrir a la máxima inteligencia creativa posible para
rediseñar una plataforma organizativa capaz de propugnar por estos
componentes de políticas públicas y poder rediseñar el mapa electoral
hoy dibujado por la encuesta Gallup en el corto período que falta para
las elecciones del 2016.
A estos fines aquellas formaciones político-partidarias que abrazan o
han abrazado, ellas mismas o sus propios dirigentes, la doctrina y
praxis del reformismo socialcristiano, deberíamos abocarnos
conjuntamente a rediseñar una plataforma organizativa y de acción que
nos permita cumplir con nuestras responsabilidades para con la nación.
Por: GUILLERMO CARAM
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