viernes, 18 de agosto de 2017

¡La corrupción con apoyo popular!

“Yo no voy a votar mi voto, voy a votar por el que va a ganar”.

Es el razonamiento que inclina el voto de gran parte de la ciudadanía. Y resulta que normalmente quienes están en la delantera, son los más conocidos y los que más recursos tienen, que casi siempre son los que han pasado por el Estado y se han enriquecido irregularmente. 
Recursos que  le permite aprovechándose de la necesidad de los ciudadanos, comprar conciencia. Lo que se denomina clientelismo. ¡Ese da. Ese si es bueno!; dicen en los barrios. A sabiendas de que reciben migajas de los que le fue robado con la corrupción. Pero para ellos es una solución, que le sirve para comer; y reducir la angustia de su eterna crisis, creada precisamente por la corrupción.
Y con esa visión, de no votar su voto, los ciudadanos se hacen cómplices-victimas  del más de lo mismo. ¿Por qué cómplice?  Porque el que vota por un político corrupto, se hace cómplice.
La otra aptitud es:
- “Yo voy a votar por aquel candidato, porque me parece honesto, tiene una propuesta sensata para desarrollar el país, y no ha sido nunca vinculado por actos de corrupción. Así sea mi voto el único que saque”.
Esa sería la actitud de un ciudadano responsable, y  con conciencia de patria.
Pero verlo así nomas, seria plantearlo en blanco y negro, cuando hay otros detalles que influyen.
Primero: Los grupos corruptos se unifican fácil, es solo ponerse de acuerdo como se repartirán el pastel del estado.
Segundo: Los grupos nacionalistas y patrióticos, a la fecha sufren de los egos de su liderazgo y las diferencias conceptuales, -lo que yo llamo “detallismo”- que los incapacita para hacer alianza perdurable en base a los que los une. Por lo que normalmente se presentan a las elecciones divididos.. Preparados para fracasar.
Tercero: Están los divisionistas. Son aquellos lideres y grupos o partidos de oposición, que juegan a ser opositores, pero su verdadero papel es mantener dividida la oposición, porque trabajan –en secreto- para el partido oficial.  Son aquellos que nunca hay manera de complacerlo para que se sumen a la unidad.
Visto, que el Estado es el mayor empleador del país. Y conscientes de los niveles de desempleos y miseria existentes. Y observando la división de los opositores y su segura derrota; la sensatez y el cálculo de su seguridad lleva a muchos ciudadanos  a aferrarse a lo que es seguro, y le puede producir seguridad y beneficios personales;  lo que da vigencia a los partidos tradicionales y consolida el más de lo mismo.
Que es más de lo mismo? El triunfo de los grupos tradicionales, con experiencia de Estado y muchos involucrados en actos no santos; o lo que es igual, triunfa la Corrupción e Impunidad, con apoyo popular. Que termina perjudicando a la mayoría, y enriqueciendo a unos pocos. Y garantizando empleos a millares en la nomina publica. Y perjudicándose el país, manteniéndose en el atraso, el subdesarrollo e incrementándose la miseria y la inseguridad.
- “Yo voy a votar por aquel candidato, porque me parece honesto, tiene una propuesta sensata para desarrollar el país, y no ha sido nunca vinculado por actos de corrupción. Así sea mi voto el único que saque”.
Ese es el razonamiento correcto que debe decidir el voto de cada ciudadano que ame su patria, y se preocupe por un mejor futuro para todos.
Y la actitud correcta de los verdaderos opositores es unificarse. Los contrarios a la unidad, son los traidores del porvenir. Y los socios velados, del más de lo mismo.

Por: Milton Olivo.

El autor preside  el Movimiento Patriótico; “Quisqueya Potencia”.

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