La navidad es la época del año más encantadora y significativa.
Produce un gozo íntimo, un sustito muy especial. Surgen las añoranzas,
sueños, nostalgias. Se acentúan los mejores sentimientos y acciones. El
motivo es especial: festejamos la llegada de Jesús, del hijo de Dios,
quien armado de amor, justicia y con la bandera de la paz, vino a salvar
la humanidad. Conciente o inconcientemente lo imitamos.
La
navidad invita a darnos un baño espiritual, a lavar el alma, a expulsar
del YO interior la ambición, odios, rencores, la maldad. La gente se
equipa de amor, se vuelve generosa, da regalos, ayuda los más
necesitados, reparte sonrisas y buenos deseos. Hace lo que debería hacer
todos los días.
También limpiamos el hogar y lo vestimos con las
mejores galas y colorido para que proyecte alegría. Colocamos arbolitos,
adornos y luces por doquier. La mesa la llenamos o soñamos llenarla con
deliciosas comidas, dulces, frutas, bebidas. Ponemos música alegre
¡suenan los aguinaldos! Queremos lucir vestidos lindos… Rindiendo
homenaje al amor ¡se multiplican los matrimonios!
Todos andamos
con desbordada alegría, repartiendo buenos deseos…. hasta el clima se
vuelve cómplice de nuestro sentir. El friito, llovizna, la brisa fresca
que acaricia los rostros, serenan el espíritu, motivándonos a estar
juntitos y suspirar.
Es una época en que vienen a la memoria los
seres queridos: la familia, amigos, los que llenaron de ilusión nuestras
vidas…. Es un desear estar cerca de ellos. Surge la melancolía por los
que están físicamente lejos y los que han pasado a la eternidad.
Indiscutiblemente,
la navidad es un derroche de variados y hermosos sentimientos. Es una
pausa para equiparnos de amor, para compartir lo bello y bueno que la
vida nos ha dado. Mueve a “amar al prójimo como a ti mismo” Invita a la
reflexión profunda, sobre los aspectos esenciales de la vida.
¿Qué
me impide perdonar si Jesús perdonó? ¿Cómo puedo ser feliz con tantas
riquezas materiales, mientras tantos niños mueren de hambre? ¿Cómo vivir
en paz con el poder político o económico que tengo, si lo he obtenido
engañando los demás?
La temporada es para imitar a quien siendo
hijo de Dios, impartió lecciones de humildad, de justicia social. Es
para comprender que la felicidad no está en lo material sino en lo
espiritual, en vivir en paz con la conciencia, en saber agradecer al
Todopoderoso lo que nos ha dado, ayudando a los demás…En estas navidades
y el año nuevo, pido a Dios bendiciones ¡luces! paz, para el pueblo
dominicano y la humanidad.
Por Venecia Joaquín
No hay comentarios:
Publicar un comentario